Antes de nacer, a partir de las 27 semanas de gestación, los bebés ya aprenden
de lo que oyen. Desde los primeros momentos de nuestra vida, abrimos los oídos
y recibimos gran cantidad de información sonora: todo nuestro cuerpo se
convierte en un maravilloso receptor de cualquier manifestación sonora. Así, el
sonido pasa a ser compañero inseparable de nuestra realidad diaria.
La estimulación
auditiva está muy vinculada a la educación
musical, por lo que en los juegos con los niños
tienen cabida todos los instrumentos musicales. Algunos de los más populares
entre los más pequeños son: cascabeles, pandereta, tambor, triángulo, caja
china, palos de lluvia, xilófono,….De hecho, uno de los juegos preferidos por los niños será el de
construir sus propios instrumentos musicales. Una buena idea sería construirlos
con materiales de desecho: perchas sonoras (colgando
en perchas cucharas de madera, piedras, conchas,…); tambores de diferentes alturas (con globos y latas o tubos de cartón); maracas (botellas rellenas de lentejas, garbanzos, arroz...),
etc..
Además, el sistema auditivo juega un papel
muy importante para el desarrollo del lenguaje. En este sentido, podemos hacer con los niños algunos
juegos como:
- Juegos de conciencia auditiva: discriminando
sonidos del entorno como la lavadora, o de animales como el león, etc…
- Juegos de memoria auditiva: jugando
al teléfono escacharrado o repetir diferentes ritmos con las palmas, un
tambor,…
- Juegos de discriminación auditiva: planteando
palabras similares auditivamente como pesa-besa.
Desde luego, no nos puede faltar un equipo
de música y una buena selección de música para niños, que podemos unir a juegos
de movimiento como el juego de las sillas.
Sira Martín Hebrero
www.gabineteinfantil.es